El Voyerismo y la Parafilia en Facebook
“La vista es, después del tacto
el sentido más posesivo, y la vista por si misma permite pues tocar a
distancia. Dejarse ver de una forma impropia es de alguna manera dejarse
poseer. Esta actitud lesiona terriblemente al ser humano”.
Todo acto de amor exige
intimidad. Lo que en una relación acontece lo saben sólo quienes forman parte
de ella. Los que lo contemplan desde fuera tienden a reducirlo y a bajarlo de
nivel, a envilecerlo.
POR: ERNESTO NOÉ FERNÁNDEZ REYES
Hace aproximadamente 3
años que tengo oportunidad de formar parte de Facebook, esta red social que se
ha extendido por todo el mundo, que con cifras otorgadas hasta octubre del 2014
ha llegado a albergar cerca de 1350 millones de usuarios activos registrados.
Con el paso del tiempo
comencé a darme cuenta no solo de la gran cantidad de tiempo que invertía en esta red social, sino de algunas cosas que estaban
inconscientemente cambiando mi personalidad y afectándome a tal grado que sin
darme cuenta comencé a mostrar una conducta “voyerista” que a su vez deriva en
otra conducta conocida como “parafilia”.
La palabra voyeur
deriva del verbo voir (ver) con el sufijo (eur) del idioma francés. Una
traducción literal podría ser “mirón” u “observador. La persona voyerista suele
observar la situación desde lejos. A esta tendencia se le asocia el
exhibicionismo, esto es, disfrutar mostrándose.
La recta consideración
del ser humano es esencial para no
reducir a una persona a una fuente de
gratificación de nuestros sentidos. Para poder establecer un verdadero vínculo
con una persona es necesario establecer comunión con la misma, y esto solo se
logra a través de la creación del espacio de intimidad. Exponer nuestra intimidad ante otros, a
miradas externas, carece completamente de sentido. Los seres humanos no podemos
permitir ser reducidos a algo tan pobre y vil.
En esencia esta red
social ha conformado un pequeño gran país de 1350 millones de usuarios activos
registrados que han renunciado en gran medida a un don divino.
La intimidad. Lo que en una relación acontece lo saben sólo
quienes forman parte de ella. Los que lo contemplan desde fuera tienden a
reducirlo y a bajarlo de nivel, a envilecerlo.
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